Rabino supremo durante más de 20 años, fundador y profesor de la escuela talmúdica en Praga durante 15 años.
Poco sabemos sobre la vida del rabino de su lápida funeraria del antiguo cementerio judío de Praga. No sabemos con certeza ni en que año ni donde nació : tal vez en 1612 o en 1620, tal vez en la Worms alemana tal vez en la Poznan polaca. Eso sí, sabemos que en la noche de su nacimiento aconteció algo extraño… según dice la leyenda esa noche coincidió con la víspera de los festivos de Pesach (fiestas que recuerdan la liberación del pueblo judío de la esclavitud egipcia). Estando la madre del rabino a punto de dar la luz, mandaron a los siervos de la casa buscar a la comadrona para aliviar sus dolores; éstos encontraron en medio de la oscura calle un hombre arrastrando un saco enorme.
Al sospechar sobre el contenido del saco y abrirlo, encontraron dentro el cadáver de un hombre asesinado. El hombre que arrastró hasta el barrio judío el saco, perjuró que él no era el asesino y que solo estaba encargado de llevar el cadáver que le encomendó un hombre cristiano al barrio judío para poder así inculpar a los judíos de la muerte del hombre asesinado.
En los tiempos que corrían en aquel entonces los cristianos estaban convencidos de que los judíos necesitaban para la cena de Pesach la sangre de un cristiano muerto como símbolo del sacrificio ofrecido al Jahve.
El descubrir los siervos el cadáver a tiempo fue una suerte increible que evitó una segura ira sangrienta por parte de la ciudad cristiana contra los judíos. Todos creyeron entonces que el niño que nació poco después aquella noche, nació bajo una estrella luminosa cuya aparición auspiciaba el comienzo de tiempos mejores para los judíos
Todos creyeron que la estrella no iba a desaparecer, sino que iba a estar ahí para proteger al recién nacido y a su pueblo. El niño recibió por esta razón el nombre de Juda, porque según las Escrituras Juda es un león joven y fuerte que siempre ayuda donde es necesario…Al niño lo empezaron a llamar Jehuda Ben Becalel, Juda el hijo del Becalel.
Según otras noticias sobre la vida de Jehuda sabemos que en su ciudad natal (Worms o Poznan) pudo perfectamente profundizar en sus estudios rabínicos, aunque, según la tradición judía, los hijos piadosos y obedientes de las familias ortodoxas emprendían un viaje al extranjero para enriquecer sus conocimientos. Así de este modo, el joven Jehuda, a la edad de 15 años, llegó por la primera vez a la ciudad de Praga.
No fue sin embargo esta primera vez cuando se quedó a vivir en Praga. Eso pasó mucho más tarde, de hecho, exactamente 40 años después .Su primer contacto con la capital del Reino de Bohemia marcó su vida porque ahí encontró a Perl, hija del rico y piadoso Samuel Ben Jacob. Poco después de recibir buenos augurios de su padre y prometerse oficialmente con ella, se fue a la famosa escuela rabínica de Lubin para continuar con sus estudios.
Un día, mientras cursaba sus estudios en Lubin, el joven Jehuda recibió una carta de su futuro suegro en la cual le informaba sobre el empobrecimiento de su familia. La inesperada caída de la familia de Perl en la pobreza se convirtió, según la tradición de aquel entonces, en un grave impedimento para la preparación de la boda y la familia de Perl no pudo pagar a su hija el debido ajuar.
Finalmente el padre de Perl informaba también a Jehuda de que estaba liberado del compromiso de matrimonio y le autorizaba a escoger una nueva futura esposa.
La respuesta de Jehuda fue inmediata y firme, asegurando a su futuro suegro de que la caída en la pobreza de su familia no era ningún impedimento para casarse con Perl y que estaba dispuesto a esperar la segura, pronta, mejora económica de las cuentas familiares y la posibilidad de un ajuar así como Dios manda.
Desgraciadamente con el pasar del tiempo la economía de la familia de Perl no mejoraba y ella, para ayudar a superar los tiempos difíciles que corrían, decidió abrir una panadería. Un día, mientras Perl estaba trabajando en su pequeño negocio, apareció en la puerta un jinete. Escogió el pan con la costra más apetecible y desde arriba lo ensartó con su espada. Al ver Perl que iba a perder el pan y que el jinete se iba sin pagar, pidió rezando de rodillas una remuneración de su parte, llorando y contándole al jinete los percances tristes de su familia. Este tuvo al final piedad de la pobre niña para la cual la monedita del pan era un ingreso muy importante y consentió, pero al no tener el dinero en efectivo dejó en lugar del dinero la silla de su caballo. Perl descubrió que la silla estaba llena de monedas de oro….un milagro que todos adjudicaron al profeta Elías…
Gracias al tesoro de la silla la familia de Samuel recuperó su riqueza y Perl se pudo casar por fin con Jehuda. Pero aun y así, casado con Perl, no se quedó todavía viviendo en Praga. Había diferentes razones para ello, pero la más probable es que no existía mucha simpatía por parte de la comunidad judía de Praga por él…
Jehuda, ya como Rabino, pretendía aplicar altos valores morales que defendieran la vida de la comunidad judía. Al mismo tiempo, sus actividades reformistas iban contra las usanzas arraigadas en la comunidad de Praga…Por todo ello, primero marchó hacia Moravia , al sur de la región, donde se quedó a trabajar y a vivir 20 años en un pequeña ciudad llamada Mikulov llegando al cargo de rabino supremo de Moravia.
Después de pasar 20 años en Moravia volvió a Praga, fundando ahí su famosa escuela de Talmud que en poco tiempo alcanzó mucha fama. Pasó el resto de su vida en la capital del Reino de Bohemia.
Sus contemporáneos lo llamaban Maharal MI Prag, que significa Nuestro Maestro Praguense…Rabin Low falleció el 22.8 1609 a la edad de 89 años.
Su obra más importante fue Gur Arie.
Su tradicional pensamiento mesiánico le hizo hablar de la prioridad de la redención y la llegada del Mesías como un hecho inevitable, decretado por la voluntad de Dios. Él decía que previo a la redención, la degradación del pueblo de Israel, será en escala mayor de lo que siempre fue. Por eso para él, la expulsión de los judíos de España en 1492, era el inicio de los tiempos mesiánicos, que indicaban sin lugar a dudas la próxima llegada del Mesías
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